Presidente del nuevo Sindicato N°3 de Escondida: “El palo y la piedra pasó de moda, los buenos líderes buscan acuerdos”
Marcelo Fonseca se prepara para su primera negociación colectiva con la minera. En su primera entrevista cuenta los mínimos que pedirán a la empresa y el camino que lo llevó a asumir como líder sindical en la mayor mina de cobre del mundo.
Por: Patricia Marchetti | Publicado: Martes 3 de diciembre de 2024 a las 11:43 hrs.
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Cuando Marcelo Fonseca entró a trabajar a Minera Escondida de BHP, su padre, también minero, le pidió sólo una cosa: “no te vayas a meter a un sindicato”. Se ríe al recordar sus palabras, pues hoy, 16 años después, se prepara para iniciar la primera negociación colectiva del recién conformado Sindicato N°3, el mismo que lo eligió como presidente tras haber liderado la disidencia del Sindicato N°1 de la mina de cobre más grande del mundo.
“El único camino que nos quedó fue el de formar otro sindicato, por eso siempre decimos que el sindicato disidente lo formaron ellos (el Sindicato N°1), porque no nos dejaron otro camino”, sostiene Fonseca en su primera entrevista en el cargo.
Su vida como dirigente sindical inició en 2018, al mismo tiempo que lo expulsaron del principal sindicato de la mina junto a otros 100 trabajadores. En una asamblea con cientos de socios, los expusieron como “traidores” y, “como en pleno circo romano”, recuerda, los presentes votaron a mano alzada su destino. Todos quedaron fuera de la agrupación.
La icónica huelga de Escondida en 2017 -la misma que alcanzó los 44 días y se posicionó como la más larga de la historia de la minería chilena-, no sólo abrió un flanco con la empresa, que perdió US$ 740 millones, sino que también fue el detonante de un quiebre sindical. "La huelga es la última herramienta que debiese tener un sindicato si no resulta el diálogo, pero para el Sindicato N°1 pareciera ser el 'desde'", sostiene.
MARCELO FONSECA, SINDICATO Nº 3 DE ESCONDIDA
“El conflicto permanente no suma y al final expone a los trabajadores, porque los dirigentes tienen fuero. Tenemos que ser muy responsables con el rol que tenemos como dirigentes”.
“Esa huelga pudo haber durado menos y vimos movimientos más políticos que de defensa de los trabajadores”. Así nació el grupo de “los disidentes”, encabezados por Pedro Marín, exmiembro y vocero del mismo Sindicato N°1 de Escondida en la negociación de 2006 y expresidente de la Federación Minera de Chile (FMC). A su lado, Frankie Fritis, exdirigente sindical de Cerro Colorado; y Marcelo Fonseca.
Ante los rumores de la creación de un sindicato disidente, el hostigamiento por parte de otros socios -aseguró Fonseca- llegó al punto del acoso laboral e incluso Fritis presentó una denuncia por amenazas en su contra.
Tras la expulsión a mano alzada, que Fonseca cataloga como “un castigo social”, vino el cierre de la negociación colectiva de agosto de 2018, donde no se les extendió ningún beneficio. Intentaron negociar con Escondida como grupo negociador, pero un recurso de protección interpuesto por el Sindicato Nº1 ante la Corte de Apelaciones invalidó el dictamen que reconocía las tratativas.
Marcelo Fonseca, presidente; Nathalia Vergara, primera directora; Tamara Orrego, tesorera; Maribel Rojas, segunda directora; Pedro Marín, secretario.
“Entonces, todos los trabajadores quedaron con esa imagen: de que si uno no se adoctrinaba a lo que la directiva decía, podían quedar como nosotros, castigados, sin beneficios y sin bono”, expresa Fonseca.
Entre febrero de 2019 y noviembre de 2024, los disidentes se unieron al sindicato interempresa, con el que negociaron en tres oportunidades con la compañía. Aludiendo a prácticas antisindicales, una “colusión” con la empresa, entre otras, en ese mismo periodo, "el Sindicato Nº1 presentó 11 denuncias" contra dicho sindicato, cuenta. "La guerra ha sido sin cesar de parte de ellos, no nos quedó otro camino que formar un nuevo sindicato".
En todo este tiempo, la idea de la nueva agrupación tomó fuerza y forma, también sus adeptos. La mayoría mujeres, que "vieron con temor el diálogo destructor y agresivo del Sindicato N°1", cuenta Fonseca. Tras la aprobación de sus estatutos hace un par de semanas, el Sindicato Nº3 cuenta hoy con 360 socios y anota varios hitos: un 67% son mujeres, tienen mayoría femenina en su directiva (3 mujeres y dos hombres) y un contrato colectivo de 24 meses.
Hincha de la Universidad de Chile y de profesión contador, Fonseca trabajó en recursos humanos de distintas empresas antes de llegar a ser operador mina de camión de extracción en Escondida. Uno de sus mantras: “un buen líder no busca el conflicto, sino que buenos acuerdos”.
"Nosotros buscamos marcar una diferencia. Sentimos que el conflicto permanente no suma y al final se exponen los trabajadores, porque los dirigentes tienen fuero. Tenemos que tener clara nuestra calidad de líderes, porque siendo dirigentes de sindicatos grandes, tenemos que ser muy responsables en el rol que tenemos", sostiene el presidente.
Dice enfrentar su primera negociación "con optimismo" y destaca la relación de respeto y diálogo que han construido con Escondida, más allá de las discusiones propias
Respecto a los mínimos que pondrán sobre la mesa, figuran: un reajuste salarial del 5%; incremento en los montos base del bono de producción y de gestión; reajuste en el bono de resultados excepcionales para que tanto los mínimos como máximos paguen más; plazos más cortos que tres años para los ascensos y promociones. Fuentes conocedoras del proceso anticipan un bono por término de conflicto superior a los $20 millones.
Asimismo, reforzarán beneficios ya alcanzados en las negociaciones que hicieron con el sindicato interempresa: tres vacaciones en 24 meses con pago de bono; jornadas laborales de 07:00 a 19:00 hrs. para mantener un mejor nivel de productividad; bono de sala cuna de $6 millones (antes era de $2 millones); capacitaciones exclusivas para mujeres; un comité bipartito para el desarrollo de carrera de operadores y mantenedores.
"Vamos a seguir buscando beneficios que incentiven la prolongación de los puestos de trabajo en el tiempo, que la autonomía no sea un enemigo, sino un aliado. La minería está cambiando y la autonomía se ha tomado Escondida. Compañías de esta envergadura no van a tomar decisiones distintas por ir a pararnos a la puerta con un palo y una piedra, eso ya es parte del pasado. Es imposible luchar contra un cambio global y lo que tenemos que hacer es sumarnos y hacer a nuestros socios más empleables", expresa.
Ante su nuevo desafío, Fonseca ve "una oportunidad de modernizar el sindicalismo". En ese sentido, agrega que "hay que tomar otra perspectiva, la de la construcción y colaboración para aportar al crecimiento del país. La polarización que vive el país no es buena, no construye, y nosotros queremos dar un mensaje distinto, marcar una diferencia".
"La precariedad que existía antes en la minería ya no existe, al menos en la gran minería. Como decía, el palo y la piedra ya pasó de moda y, aunque la huelga siempre es una opción, insisto en que los buenos líderes siempre tienen que buscar los acuerdos".